Ya sea por motivos puramente estéticos, en mujeres que desean aumentar el volumen de sus pechos, o bien en casos de reconstrucción de mama tras mastectomía, lo cierto es que el empleo de prótesis mamarias forma parte del día a día en una consulta de Cirugía Plástica. Desde su aparición en los años 60 hasta la actualidad, los implantes han experimentado una evolución considerable que los ha hecho más seguros, disminuyendo la tasa de complicaciones y de rotura. No obstante, no están completamente exentos de riesgo, y por tanto, es necesario estar al corriente de las características de los mismos y los problemas que pueden asociarse al empleo de prótesis de mama, en el caso de contemplar la posibilidad de someterse a este tipo de cirugía.

Existen en el mercado multitud de marcas de implantes, y cada una de las cuales ofrecen distintos modelos con diferente volumen, forma, textura y relleno. En líneas generales los implantes mamarios pueden clasificarse en base a varias características: relleno, forma y textura.

Relleno: implantes de silicona e implantes de suero salino

Si bien a lo largo de su historia se han empleado distintos materiales para formar el relleno de un implante mamario, actualmente sólo dos están presentes en el mercado: los implantes de gel de silicona y los implantes de suero salino.

Implantes de suero salino: aunque su uso está bastante menos extendido que el gel de silicona, presentan algunas ventajas a tener en cuenta: el relleno del implante es suero, completamente inerte e inofensivo para el organismo en caso de rotura del implante; además, permite al cirujano ajustar el tamaño del mismo intraoperatoriamente en función de la cantidad de suero que se introduzca. La rotura del implante supone la salida del suero y la pérdida inmediata de volumen de la mama, lo que permite advertir fácilmente este problema. La principal desventaja viene dada por el tacto de este tipo de implantes: menos natural que los de silicona, lo que puede dar un aspecto menos estético, especialmente en mujeres delgadas.

Los implantes de gel de silicona: son sin duda los que gozan de más fama y su empleo es predominante. Su principal ventaja es que tienen un tacto y una apariencia más natural, que mejor concuerda con las características normales del pecho femenino. Pese a los temores respecto a su uso, no se ha demostrado que la silicona esté asociada a problemas autoinmunes ni otras patologías secundarias, por lo que su uso es seguro. En caso de rotura, es más difícil detectarla, ya que la silicona queda atrapada en la cápsula que se forma alrededor del implante; en estos casos es necesario intervenir para retirar el implante y sustituirlo por otros nuevos.

Forma del implante: redondos o anatómicos

En la actualidad, se pueden encontrar dos grandes grupos de implantes mamarios en cuanto a su forma:

Los implantes redondos son simétricos en cuanto a su longitud vertical y horizontal, la cual es la misma. No obstante, pueden variar su proyección (en general, los fabricantes suelen ofrecer tres proyecciones distinas para un mismo volumen). La ventaja de los implantes redondos es que, en caso de rotación del implante, no se produce una deformidad ya que las dimensiones se mantienen, independientemente del grado de rotación.

Los implantes anatómicos (también conocidos coloquialmente como “implantes con forma de lágrima”) tienen la teórica ventaja de otorgar una forma más natural y agradable, más cercana al aspecto idóneo del pecho femenino, ya que tienen un mayor volumen en el polo inferior y un polo superior más aplanado. Si bien esta ventaja es indiscutible en casos de reconstrucción mamaria, donde por definición hay una ausencia de glándula, no es tan notable la diferencia entre emplear prótesis redondas o anatómicas en pacientes que se someten a un aumento estético. En caso de rotación del implante, sí puede aparecer algún tipo de deformidad, y por tanto es probable la necesidad de cirugía para recolocarlo o sustituirlo.

Textura: implantes lisos vs texturizados

Si bien los primeros implantes de mama se crearon con una superficie completamente lisa, las sucesivas evoluciones de los mismos incorporaron modelos con una superficie rugosa (“texturizada”), la cual tiene como objeto intentar evitar una de las principales y más comunes complicaciones del implante mamario: la contractura capsular.

¿Qué es una contractura capsular?

Siempre que se introduce un cuerpo extraño en el organismo, la reacción fisiológica normal es la tendencia a rodearlos con una cápsula de naturaleza fibrosa. Los implantes mamarios no son una excepción. En la mayoría de los pacientes esta cápsula, de aparición completamente normal y sin consecuencias patológicas, es fina, rodea uniformemente al implante sin distorsionarlo, siendo invisible externamente.

Sin embargo, y sin una causa completamente clara y establecida, algunas mujeres desarrollan lo que se conoce como contractura capsular: es decir, esta cápsula es gruesa, aparece contraída y puede deformar el implante. La paciente nota ese pecho “más firme, duro”, y en ocasiones un observador externo puede apreciar un cambio en la forma del pecho , y en los casos más graves, la contractura capsular puede causar dolor y molestias continuas.

Con el fin de intentar disminuir los casos de contractura capsular, nacieron los implantes de superficie texturizada, en contraposición a los implantes lisos. Esta textura dificulta la interacción entre el organismo y el implante, favoreciendo la formación de cápsulas más finas. En casos de contracturas repetidas, existen implantes recubiertos de poliuretano, que demuestran una mucho menor tasa de contractura que los implantes convencionales.

Prótesis nanotexturizadas

Una nueva generación de implantes mamarios, a cargo de la marca Motiva, se caracterizan por el empleo de una textura conocida como nanotexturizado. La principal ventaja es una mayor biocompatibilidad con el organismo, lo cual puede ayudar a disminuir la tasa de contracturas capsulares. Además son de un tacto más fino y por tanto, más natural. Incorporan además un chip que permiten, externamente, detectar el lote y modelo exacto que la paciente porta en todo momento.

Nuestro equipo médico ha empezado a emplear este tipo de prótesis al entender que presentan considerables ventajas sobre las prótesis tradicionales.